73.000 kilómetros, más o menos. Eso
es lo que cumple esta semana Turbotín, y lo hace justo antes de
pasar la última revisión de taller antes de ir lanzado a los
100.000 que son el objetivo final de la prueba, y que llegarán antes
de acabarse el año.
¿Qué contarte de los últimos
kilómetros desde el último repaso que dimos por aquí al coche? Te
puedo decir que las cosas siguen prácticamente iguales, con algunas
excepciones concretas. Los neumáticos Pilot Sport 3 siguen
aguantando el chaparrón que les cae de una manera extrañamente
buena. Las gomas traseras están completamente nuevas y parece
mentira que hayan rodado ya treintamil kilómetros.
Las delanteras sí que muestran algo
más de desgaste, pero mucho menos que cualquier otra monta previa
(Pirelli, Pilot Exalto). Sin duda, cada kilómetro que pasa, las
Pilot Sport 3 se confirman más y más como la mejor opción para el
500.
En estos treintamil kilómetros hemos
pasado el invierno, y nos hemos enfrentado a viajes largos y cortos
de todo tipo, en los que estas gomas además han demostrado ser
buenas aliadas en condiciones meteorológicas adversas, con mucha
agua en el suelo, o incluso con un pelo de nieve.
El resto de aspectos del coche sigue
más o menos en la misma línea. Los crujidos del techo solar siguen
estando presentes. No han ido a más, pero tampoco han desaparecido.
Circular por asfaltos rotos con el techo abierto tiene mucho que ver
con su aparición, y aunque lo ajuste en el taller, si ruedas con el
techo completamente abierto por caminos o asfaltos rotos, al cerrarlo
se oye un peor ajuste. Eso sí, no se filtra una gota de agua, ni se
escucha un solo ruido aerodinámico.
Lo que sí que ha sido nuevo es un
grillo que ha aparecido en la banqueta del asiento del pasajero.
Llevando a Juanan y a Eduardo al RallyCenter by Abarth en el INTA nos
encontramos con estos crujidos al pasar un puerto a ritmo bastante
alegre. Nada alarmante, y sólo se presenta en conducción rápida
con un pasajero grande (Juanan es un tío alto). Cuando toque ahora
la revisión le indicaremos al taller el problema, y os contaremos si
logran o no darle solución.
De mecánica apenas notamos diferencia
alguna respecto al motor nuevo. El coche sigue percibiéndose igual
de rápido, y hemos conseguido completar varios viajes con medias de
consumo de sólo 6,8 litros a los 100. En total nos mantenemos sobre
los 7,2/7,4 litros en estos 73.000 kilómetros, algo a destacar en
una prueba tan larga donde se le ha dado “tanta caña” al coche.
A lo largo de la prueba hemos quemado
hasta la fecha 5.256 litros de combustible, o lo que en euros son
unos 7.250€ nada menos... Da miedo pensarlo...
Sí que hay un ruidito de polea de
ajuste de la correa de accesorios al ralentí que vamos a pedir que
se ajuste en el taller ahora que toca revisión, pero nuevamente me
repito, nada de lo que preocuparse.
El consumo de aceite sigue siendo nulo.
A pesar de revisar una y otra vez, antes y después de ir rápido, la
aguja del nivel, entre revisiones no hemos consumido absolutamente
nada, y el aceite sigue saliendo limpio, lo que es todo un logro para
un coche sobrealimentado.
El desgaste del habitáculo sigue
siendo mínimo, y me llama poderosamente la atención el desgaste del
volante, ya que no aparece. Han pasado a lo largo de los años muchos
coches de muchas marcas por mi garaje. Franceses, italianos,
japoneses, alemanes... y nunca me había encontrado con ninguno al
que le aguantara así el cuero del tapizado del volante y del pomo
del cambio.
Los asientos muestran signos de que
están usados, por las marcas del cuero y sus arrugas, pero no por
desgaste en el material como tal. Con una limpieza a fondo, el coche
parece nuevo por dentro.
Por fuera acumulamos alguna herida de
guerra de más. Un simpático conductor decidió sacar su coche de la
plaza de aparcamiento a golpes, y arañó y golpeó el paragolpes
trasero de nuestro 500, que luce un rasponazo que intentaremos
solucionar.
Tampoco nos hemos librado de nuevos
intentos de robo de las insignias laterales, que no han llegado más
allá de nuevos arañazos en la pintura. Esto llega a ser un problema
realmente grave, porque al final de tanto levantarnos la pintura ahí,
no va a acabar bien la cosa.
Del bastidor del coche vamos a hablar
ahora. A pesar del kilometraje acumulado, frenos y discos tienen
buena pinta, aunque tocará hacer pastillas. Los silentblocks del
motor se notan más sueltos con el paso de los kilómetros, y el
cambio de carga a retención a base de soltar el acelerador hace que
el motor se mueva más en su cuna de lo que lo hacía cuando era
nuevo.
Muelles y amortiguadores no se notan
desgastados, pero sí que se nota el paso del tiempo cuando te montas
en una unidad nueva. Los 500 que se venden ahora parecen ir tarados
con amortiguadores un pelo más duros respecto al muelle, algo que
controla mejor los movimientos de la carrocería, aunque puede que
también los amortiguadores de Turbotín estén un poco bajos de
eficiencia respecto a cuando eran nuevos del todo.
¿Y ahora qué? Esa es la gran
pregunta. Los 100.000 kilómetros se aproximan a toda prisa, y cuando
lleguemos tendremos que celebrarlo con un artículo profundo. Estamos
planteando la posibilidad de un despiece pormenorizado del motor, con
medidas y cálculo de tolerancias, para demostrar con cifras cómo el
desgaste del motor se encuentra dentro de los parámetros requeridos
por el fabricante.
Dará pena desmontar un motor en plena
forma, pero merece la pena hacerlo, por el valor documental del
proceso. Veremos si podemos ofrecértelo todo en vídeo, para que
puedas disfrutar de la disección antes de buscar una nueva vida para
el modelo.
Entre tanto, Turbotín seguirá
moviéndose hasta llegar a esa cifra, asistiendo a concentraciones,
eventos, y participando en track days.
¿Conclusiones? Lo cierto es que ya
pasó el tiempo de mi sorpresa. Cuando empecé esta experiencia, esta
vivencia con el Abarth 500, creí que el coche tendría más
problemas para llegar a las cifras de kilometraje en las que estamos
ahora. Y es que otros modelos de otras marcas me han dado y han dado
a otras revistas más problemas que las de este italiano, que va
destinado a romper el típico tópico de la falta de fiabilidad de
los coches italianos.
Hasta la fecha todo lo que hemos “roto”
ha sido un motor de arranque, cubierto en garantía en su momento.
Podría haber sido mejor si no se hubiera roto nada, obviamente, pero
lo cierto es que no nos podemos quejar.
¿Aguantará así hasta el final?
¡Espero que sí!
Buen día Guille.
ResponderEliminarHacía rato que no pasaba por acá y tengo muchísimo por leer!
EXCELENTE PRUEBA!!! Como siempre. Excelente el resultado de Turbotín. Ojalá está prueba se propague por toda la web y desterre de una vez por todas el mito que acompaña a Fiat y todas las marcas italianas.
Si el motor no gasta una gota de aceite y sale limpio (sorprendente para ser turbo, tal como dijiste), no calienta, no fuma de colores, no se nota pérdida de potencia, no gasta de más... Me parece un crimen abrirlo! No se va a encontrar nada fuera de lo normal. Vos sos Ing, así que qué decirte, lo debés saber mejor que nadie. A no ser que abrir el motor sea parte del espectáculo ;-)
Lindo intersante sería esperar hasta q realmente no haya mas opción que abrirlo, pero quién tiene tanto tiempo? Serán 300.000, 500.000km? Quién sabe...?
Saludos!
Guille, definitivamente no te pillaré... Estoy llegando a los 67000 km.
ResponderEliminarMis problemas, ya lo sabes por el foro del club, la rotura del turbo (no sé especificarte qué pieza) a los diez meses (no recuerdo el kilometraje) y la rotura del "dual drive" a los 28 meses (con poco más de 65000 km).
Esas averías han hecho que mi confianza se resintiera, ya que ninguno de mis tres coches previos me dio ningún problema... En fin, no me enrollo más.
Me parece interesantísimo el tema de la disección del motor, aunque también estoy con el apunte de SergioQ4: da algo de pena.
Un saludo!!!!
Excelente!!!! Por cierto... no habrás estado por Riveira???
ResponderEliminar¿Cerca de Betanzos?
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