Las diferencias entre un modelo cerrado y un modelo abierto suelen centrarse en dos aspectos fundamentales: La carrocería tiene menos resistencia a la torsión y a la flexión por la pérdida del techo rígido, y debido a esto el fabricante suele ablandar la configuración de la suspensión para no poner en aprietos al monocasco.
En el caso del Abarth 500C, según la casa del escorpión, la suspensión no ha tenido que ser tarada de distinta manera, pues el conservar los arcos de las puertas permite mantener una buena resistencia a la flexión y a la torsión, y tampoco se ha incrementado demasiado el peso o la altura del centro de gravedad.
Eso sí, hay varias diferencias muy importantes respecto a la variante cerrada, siendo la principal de ellas que sólo se puede adquirir con el cambio secuencial robotizado ya conocido en el 695 Tributo Ferrari.
Este cambio cuenta con unos botones donde va la palanca en el modelo normal, e integra dos levas para subir o bajar marchas. En sí mismo está lejos de ser un automático, pues cuenta con un embrague, pero este está pilotado por la electrónica.
Es esta opción del cambio la que más pesa sobre el comportamiento del coche, más incluso que el tipo de techo.
Permo vamos paso a paso a comentar el 500C.
Por fuera, respecto al cerrado, nos encontramos la opción bicolor, resuelta muy bien, pero con un detalle, la banda de vinilo que separa ambos tonos, claramente mejorable, pues a fin de cuentas es una pegatina que no termina de quedar todo lo bien que uno esperaría. El remate de estos detalles lo es todo, y aquí ha faltado un poco de "calidad".
Eso sí, el coche llama mucho más la atención con una decoración de este tipo que con un simple color.
Las llantas en blanco quedan geniales, y los faros de Xenon ayudan también. El techo cerrado tiene un buen remate, y abierto no deja ver tanto como otros descapotables.
Abrimos la puerta y nos encontramos una tapicería en color "tabaco", de muy buen tacto, agradable a la vista, y que destaca más en un modelo abierto. Ajustes y materiales son iguales al cerrado, pero la pantalla multifuncional del cuadro de relojes tiene más resolución que la de nuestro Turbotín, permitiendo enseñar más información al conductor.
Arrancado el 500C, aprovechando el día soleado, y dándole un poco de acción, nos tenemos que acostumbrar progresivamente al cambio secuencial. Me recuerda mucho al e-Gear de Lambo, o al F1 de Ferrari en sus primeras generaciones: Tienes que ahuecar el pedal del acelerador cuando le das a la leva si no vas "a saco", pues sino el movimiento longitudinal del coche, en el cambio de carga, es tan bestia que te puede resultar molesto.
Yendo "a cuchillo" esto es irrelevante, aunque el cambio no es todo lo rápido que a uno le gustaría de un secuencial si vas a buscarle las cosquillas a los límites del chasis. Yendo "más relajado", se vuelve bastante molesto.
Si prefieres llevarlo en modo automático, los cambios de marcha no se notan tanto, pero la electrónica de mando no tiene demasiadas buenas ideas, y acaba metiendo y quitando marchas en pleno apoyo, lo cual no gusta nada, y menos en un coche tan juguetón y corto de batalla como este.
El resto de características del chasis siguen intactas respecto al modelo cerrado, aunque muelles y amortiguadores se notan más blandos (digan lo que digan los ingenieros, tienen un tarado que parece más blando) y la torsión y flexión de la carrocería se deja notar en las imperfecciones del asfalto.
El ruido aerodinámico es superior, obviamente, al modelo cerrado, pero tampoco molesto si llevas el techo puesto. Eso sí, no puedes comparar la sensación de "inmersión en el aire" con un cabrio puro y duro, pues este coche es claramente "menos abierto".
Puedes disfrutar mucho mejor del sonido del escape, gracias a la apertura del techo, y en días soleados, disfrutarás de la brisa, y de ponerte morenito en un solarium rodante, pero...
¿Conclusiones? Personalmente me quedaba con un 500 de techo de cristal, como Turbotín, antes de un 500C. Pero si tienes entre ceja y ceja la idea de coger la variante abierta, mi consejo es que esperes a que la lancen con el cambio manual de toda la vida, pues te permitirá pasartelo mejor haciendo punta tacón en las reducciones, y la experiencia de conducción será claramente más completa e interesante.
Creo que es imprescindible reseñar que es una pena que el maletero ya de por si pequeño sea absolutamente inaccesible en esta version y la visivildad practicamente nula con la capota plegada.
ResponderEliminarY un pequeño detalle. El cabrio SI se puede comprar con cambio Manual.
Bye