Salón de Turín, 1955, Elio Zagato anda por allí, orgullozo de su última creación, el Fiat 600 TS Coupe. Carlo Abarth no se anda con chiquitas, sabe lo que quiere, y se aproxima al artesano de Milán. El del escorpión le propone al genial carrocero hacer lo que hoy llamaríamos una Joint Venture: Abarth suministrará una mecánica 750 centímetros cúbicos, tomada del Fiat 600 Abarth Derivazione, y el carrocero se encargará de fabricar una carrocería a medida para la misma, con idea de crear un competitivo cupé con el que luchar por la categoría de GT hasta 750 cc.
Zagato era por entonces un reconocido experto, desde 1919, en fabricar carrocerías de aluminio, ligeras pero robustas, y Abarth ya tenía su fama como genial preparador. El acuerdo pasaba por el hecho de que Carlo y su empresa no pagarían una lira hasta que los coches estuvieran vendidos. Sería además la propia Abarth la encargada de desarrollar el coche, y ponerlo a punto.
Este Abarth 750 GT Zagato lo llegamos a tocar en el museo de Guy Moerenhout
Así naciería el acuerdo para el nacimiento del famosísimo Abarth 750 GT Zagato, el primer coche con "la doble burbuja" que tanto caracterizaría a las creaciones de Zagato desde entonces.
¿Y por qué venimos ahora con el Abarth 750 GT Zagato? Pues porque ahora mismo, que andamos preparando el segundo macro viaje de La Picadura del Escorpión, que va a versar sobre la Mille Miglia, queremos destacar a este espléndido cupé de pequeña cilindrada, que consiguió una segunda plaza en su categoría en la edición de 1956 de la famosa carrera italiana, para vencer al año siguiente la prueba.
En 1956 sería capaz de conseguir en manos de A. Thiele y A. Storzini una media de 106 km/h, cerrando los 1.597 kilómetros de la prueba en 15 horas, 5 minutos y 54 segundos.
En 1957 la victoria de clase la conseguiría con un registro de 117,90 km/h de media, completando 1.597 kilómetros en 13 horas, 32 minutos y 32,33 segundos en manos del mismo Alfonso Thiele.
Pero de resultados en la Mille Miglia hablaremos otro día con Abarth en general. El Abarth 750 GT Zagato es lo que hoy importa.
El pequeño cupé nació en 1956, y se mantuvo en producción sólo hasta 1958, siendo además presentado de manera tardía en el Salón de Turín de aquel mismo año (21 de abril, concretamente). El coche evolucionaría mucho durante su carrera comercial, pasando de tener un techo plano y un capó motor casi sin aperturas a la doble burbuja, y un capó más ventilado para favorecer el flujo de aire al bloque Fiat modificado por Abarth.
43 eran los caballos que a 5.800 revoluciones por minuto empujaban los escasos 535 kilos que pesaba en orden de marcha, camino de una punta de 150 km/h. 12,44 era la relación peso potencia, nada mal para su categoría en la época, y además lo combinaba con una buena fiabilidad que lo convertiría automáticamente en "el coco" de su categoría.
Desgraciadamente para el Abarth 750 GT Zagato, un cambio de normativa hacía que desapareciera la clase de 750 cc para dividirla en 700 y 850 centímetros cúbicos de cilindrada. Abarth desarrollaría kits entonces para reducir la cilindrada del motor, pero directamente se lanzaría ya a desarrollar una variante de un litro también carrozada por Zagato, más económica, y versátil.
El gran punto flaco del 750 GT eran los calentones del motor, y por eso acabaría con formas tan bulbosas e inteligentes, creando un diseño que ha quedado en el recuerdo de todos como "el típico de un Abarth de finales de los 50".
Hoy en día estos coches cotizan entre los 60.000 y los 100.000€, en función de su historial deportivo. Te puedes imaginar que la unidad ganadora de su división de las mil millas puede cotizar mucho más arriba.
En el equipo de La Picadura estamos trabajando para poder ponernos a los mandos de uno de estos clásicos, si al final lo logramos, ¡cuenta con un relato para tu disfrute!
Pusiste "orgullozo"
ResponderEliminarYa conocía este coche, pero no conocía su historia, es increíble, muy bonito. Sin duda la época de gloria de los coches italianos.
Saludos.