Tras seis años en el mercado, un tiempo excepcionalmente largo para los estándares de Carlo Abarth, su compañía del escorpión se decidión a lanzar su propia versión del Fiat 500. Y es que si bien existía el Fiat 500 Abarth, no era un "Abarth al uso", pues su mecánica apenas estaba modificada.
El equipo de Carlo ya había metido mano al coche nada mas salir este al mercado, pero por unas razones y por otras, la elaboración de un acuerdo con Fiat y el trabajo para sacarlo adelante retrasaban el tiempo para la puesta en el mercado del Abarth 595.
Como su nombre indica, y como puedes imaginarte, la capacidad cúbica del motor se llevaba hasta lo 595 centímetros cúbicos, pero no se hacía simplemente a base de modificar camisas o cigüeñal. El propio cuerpo de los cilindros era una pieza de fundición única y nueva realizada por Abarth, distinta a la original. El diámetro por carrera pasaba a ser de 73,5x70.
A fin de cuentas, del propulsor original solo quedaba el citado cigüeñal curiosamente, las bielas y las válvulas, aunque todos ellos modificados para las nuevas exigencias mecánicas.
Se incorporaba además entre otras cosas un cárter semi-seco típico de Abarth (aleteado), un carburador Solex C28PBJ, y la relación de compresión se aumentaba hasta 9,2:1.
¿Resultado? 27 caballos a cinco mil vueltas, y una velocidad punta de 120 kilómetros por hora. El par máximo crecía desde los 36 hasta los 50 Nm a 3.500 rpm.
Las quejas de la prensa internacional llegaban de la mano de un hecho curioso, y es que Carlo Abarth sólo realizaba modificaciones en el motor, y algunos detalles estéticos, como los logos, pero dejaba de serie el esquema de suspensiones, las llantas, la transmisión y el equipo de frenado. Se postulaba entonces que era un poco exagerado prácticamente duplicar la potencia del motor del coche original y no prestarle atención a estos detalles.
El coche, aún con todo, era toda una sensación, sobre todo por la diversión de conducción y la agilidad que proporcionaba, perfecta para moverse tanto en ciudad con vigor, y en carreteras complicadas de curvas.
Justo después del lanzamiento, Abarth se ponía a montar coches a un ritmo de 250 unidades mensuales para llegar rápidamente a las 1.000 unidades necesarias para poder utilizarlo en competiciones de hasta 600 centímetros cúbicos.
Pero esta no sería la última evolución con base Fiat 500, pues aún estaban por llegar dos modelos más. ¡Atento a La Picadura del Escorpión los próximos días!
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