En 1957 salía al mercado el Fiat 500. Concebido como una versión más económica y compacta del Fiat 600 que se venía comercializando desde 1955, el 500 contaba con sólo dos plazas y un techo de lona que se podía abrir para disfrutar del aire.
Su motor era un pequeño bicilíndrico refrigerado por aire que sólo entregaba 13 caballos, con la que velocidad punta del pequeño coche se quedaba en unos modestos ochenta y cinco por hora. Su escaso tamaño, su precio relativamente elevado respecto al 600 (era más barato, pero no mucho más), así como una calidad de acabado inferior que la de su hermano hacían que no terminara de ser un éxito de ventas.
En una primera intentona de atraer un poco más de público hacia el pequeño coche, Fiat cerraba un acuerdo con Abarth para que Carlo "aplicara su magia". La gente del escorpión metía mano al Fiat 500, y conseguía extraer 21,5 caballos de la modesta mecánica gracias al trabajo en la culata, un arbol de levas más cruzado, un carburador de mayor caudal (Weber 26 IMB) y un escape deportivo. La cilindrada de esta primera serie se quedaba en los 479 centímetros cúbicos del motor de serie. La relación de compresión se llevaba desde los 6,55:1 hasta los 8,7:1. La punta se iba con todo esto hasta los 100 por hora, y era ahora capaz de girar hasta las 5.000 rpm.
En posteriores versiones se llegarían hasta los 26 caballos gracias a una relacion de compresión de hasta 10,5:1, contando con cámara de combustión hemiesférica y un escape todavía más libre, que le permitía llegar hasta los 118 por hora.
El coche no tenía la recepción esperada, pero tras las primeras críticas, salía la segunda serie con unos acabados mejor en chapa e interiores.
El Fiat 500 de Abarth tenía varios nombres: Fiat 500 Abarth Elabotazione, Fiat 500 Abarth Derivative, Fiat 500 Sport... En 1958 directamente se le conocía como Fiat 500 Abarth.
Pero lo que iba a cambiar la suerte del Fiat 500 en el mercado, y a la postre también de Abarth y sus relaciones con Fiat, era lo que iba a ocurrir entre el 13 y el 20 de Febrero de 1958. La idea de Carlo, para promocionar su coche, era someterlo a un intento de récord en el autódromo de Monza.
Allí el Fiat 500 Abarth, con un enorme escorpión en el morro, recorrería 18.186 kilómetros a una velocidad media de 108,252 km/h, consiguiendo un récord increible para un coche de su tamaño, y demostrando la fiabilidad tanto de la preparación realizada por Abarth, como del coche de base. Seis eran los récords conseguidos.
La cobertura mediática de tal hazaña era enorme e internacional, pero en Fiat no se daban por enterados hasta dos semanas después, cuando el Profesor Vittorio Valletta, el jefe de Fiat expresó su interés en conocer a Carlo Abarth en persona.
La reunión tendría lugar en las oficinas de Fiat en Corso Marconi, donde tras las congratulaciones debidas, Velleta cambiaría la historia de Abarth, al decirle a Carlo la famosa frase "Si necesitas cualquier cosa, contácame directamente a mí... Sabes que Fiat hará lo que yo diga... Espero que te guste el trato que Fiat te está dando".
A esta declaración de intenciones, Carlo, que no se mordía la lengua, contestaba "No estoy muy agradecido de vuestro trato a mi empresa". Valleta recogía el guante que le acababa de tirar Carlo, y en pocos días se cerraba un acuerdo entre ambas partes por el que la empresa de Abarth recibiría una cuantiosa prima por cada victoria que consiguiera con coches derivados de Fiat llevando el nombre de la enorme empresa italiana asociado en los mismos.
Fiat sólo pagaría por las victorias, así que Carlo pondría a todo su equipo a partir de ahí a trabajar para conseguir ganar todo cuanto corrieran, explicando lo que vendría en los siguientes años.
Sea como fuere, centrándonos en lo que importa en este artículo, que es el Fiat 500 Abarth, las ventas eclosionaron tras este hito de los seis récords internacionales, con lo que Abarth lograría el éxito deseado.
Más tarde, en 1963 llegaría el 595, ya "todo un Abarth", pero eso queda para un artículo en los próximos días.
La verdad es que un servidor está descubriendo la interesantísima historia de Abarth gracias a este blog, Antes de pasar por aqui yo poco conocía de Abarth, los míticos 600 con el "culo" al aire, y los modelos nuevos, poco más. Por cierto, ¿para cuando la tercera parte de vuestro viaje? Estoy deseando ver como se comporta el 500 en el Infierno Verde...
ResponderEliminarAntes del final de la semana que viene estará publicado ;) pero es que queremos dar variedad al asunto ;)
ResponderEliminarGenial historia, q no la conocía en detalle... Me pone la piel de gallina!
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