Abarth ha forjado su historia en los circuitos. Es grande por varias razones, pero una de ellas, una de las más importantes, es que ha sido el fabricante más prolífico de la historia en cuanto a volumen de modelos distintos, y en especial en cuanto a volumen de coches de carreras.
Y todos, o casi todos, ganadores.
Cuando la compañía era del propio Carlo Abarth, las victorias eran en subidas en cuesta y circuitos. Cuando la empresa pasó a manos del Grupo Fiat, se vendieron las operaciones de circuito a Coloni, y la Fiat metió a Abarth en los rallyes con gran éxito.
Después de conquistar victorias y títulos con modelos míticos como los 124 y 131 Abarth, presentar el Autobianchi A112 Abarth, y el Fiat Ritmo de Grupo A, la Fiat decidió compartir esfuerzos con Lancia, y acabó renombrando los proyectos que salían de Corso Marche como Lancias (el 037, todo un mito, no era otra cosa que un trabajo de la gente del equipo Abarth, como también lo fueron los Lancia Delta).
Abarth nació de las carreras, por eso, en el retorno a la actividad comercial, la Fiat acertó, creando el Punto S2000 para competir y vencer con autoridad el IRC.
Pero la evolución del Punto se detuvo, y se introdujo el Abarth 500 como protagonista de una atractiva copa monomarca, al tiempo que se ha desarrollado una variante R3T de la que estamos completa y totalmente enamorados, pero...
¿Pero qué? Que un servidor echa en falta un programa oficial más agresivo por parte de Abarth, y con más presupuesto. El Punto Evo no ha sido evolucionado hacia un S2000, y el equipo oficial de la escudería se ha centrado en el campeonato italiano y algunas citas europeas mientras da soporte a pilotos como Llovera puntualmente. Pero no hay coche para luchar de tú a tú en el IRC ahora mismo.
Con MINI recién incorporada de la mano de Prodrive al WRC con un S2000 turbo, con Volkswagen recién anunciada como nueva integrante de la categoría a partir de 2013, y un nuevo Abarth Punto en camino para ese mismo 2013, uno sueña con una cosa clara: Que ese nuevo utilitario cuente con una variante de competición.
Y no una variante cualquiera. Si bien desarrollar un S2000 atmosférico es casi casi algo obligado para defender los honores en los campeonatos nacionales, en el IRC y para satisfacer a los clientes del “Assetto Corse”, no es menos cierto que todos aspiramos a ver el retorno a la máxima disciplina, al WRC.
Y créeme, que Abarth si vuelve es para ganar. Pero Fiat le ha de dar todo su apoyo. Porque los italianos, coches de carreras saben hacer de sobras, y si pudieran desarrollar un 1,6 de inyección directa, turbo y sistema MultiAir para las carreras, da por seguro que lo harán lo suficientemente competitivo para luchar con Citroën, Ford, VW y MINI. Y además, menudo campeonato se montaría.
Sería todo un acierto que además permitiría promocionar a los pilotos salidos de la cantera R3T, o de los nacionales, y evolucionar hacia la escuadra oficial.
Así que, en resumidas cuentas, Abarth, Fiat, por Dios, por Carlo Abarth, por el escorpión, y por quién queráis, ¡regaladnos vuestro retorno al WRC en 2013 con el nuevo Punto!
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