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Abarth T140: Lo que pudo ser, pero no fue



En un momento dado de la historia de Carlo Abarth, el genio vienés decidió intentar asaltar el triunfo absoluto de las 24 Horas de Le Mans. Corría el año 1967, y la idea era crear un prototipo con el que asaltar la mítica prueba de resistencia francesa, en la cual no había por entonces limitaciones en aspectos como la cilindrada del motor. 

Por aquellos años mandaba el Ford GT40, con Ferrari intentando dar la respuesta y recuperar el tiempo perdido. Tras sus esfuerzos en las categorías intermedias, Carlo puso a su equipo a trabajar, iniciando un proyecto que no llegaría a buen puerto. Se llamó T140, y la idea era crear un coche de motor central, con puertas en alas de gaviota, de diseño radical, y con un bestial 12 cilindros en V, caladas las bancadas a 120 grados, con seis litros de cilindrada, 610 caballos, y algunas soluciones curiosas.

Del motor se llegaría a construir un prototipo de desarrollo. Contaba con cuatro carburadores triples y simple árbol de levas por bancada, en un intento de simplificar órganos mecánicos y contar con menos fricción. El diámetro de los émbolos era de 92 milímetros, algo bastante generoso que permitía el uso de dos bujías por cada cilindro. La carrera era de sólo 75 milímetros, creando así un motor "súper cuadrado" ávido de girar a altas revoluciones.

La solución de las bancadas a 120 grados en teoría debía permitir rebajar la altura del centro de gravedad, pero no tanto como el bóxer que Porsche crearía para "la bestia", el 917. En cambio, la descompensación de las inercias al tener los cilindros tan tumbados daría muchos quebraderos de cabeza al equipo del ingeniero Colucci. 

Otra solución interesante del motor es que contaba con el cigüeñal soportado en rodamientos de agujas, para minimizar el rozamiento, al tiempo que toda la toma de potencia para los accesorios y el mando de la distribución, que era por engranajes, se situaba en el centro del motor, creando una especie de dos V6 a 120 grados unidos en su parte central, con un motor perfectamente simétrico.

De la carrocería se fabricarían varios modelos, uno a escala 1:3 y otro a escala completa, pero cuando el proyecto iba a tirar hacia adelante, la CSI (la rama de competición de la FIA por aquel entonces) decidía dar un golpe de timón a las regulaciones para la categoría de Sport Prototipos (la que se usaba en las 24 Horas), decidiendo limitar la cilindrada de estos coches a 3 litros.



De todos es sabido que dado que si se fabricaban 25 unidades o más, se podía homologar un coche como "Sport", y dicha categoría no contaba con límite de cilindrada, esto daría por resultado la creación del mito del Porsche 917. Pero Abarth era demasiado pequeña y económicamente frágil por entonces como para siquiera plantearse la fabricación de una tirada de 25 undiades del T140, por lo que centraría sus esfuerzos en otros proyectos.

De hecho, ciertas personas del equipo de desarrollo llegaron a "alegrarse" de la cancelación forzosa del proyecto, habida cuenta de las dificultades técnicas que se estaban encontrando a cada paso.

Pero para los Abarthistas esto es una pena, pues fue la única ocasión (hasta la fecha) en la que Abarth podía haber luchado por la victoria absoluta en Le Mans.

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