Vamos con ello, retomando los instantes previos a montarnos en el coche para dar el giro:
Como te contábamos ayer, con el coche arrancado y la sirena anunciando el inicio de la sesión, empezábamos a movernos hacia la barrera, rodeados de potentes máquinas.
Con el corazón a dos mil revoluciones por minuto (ah, pero... ¿esto no se medía en latidos?) nos llegó nuestro turno de pasar por la barrera, acercar nuestra tarjeta y... acceder al paraiso.
A continuación tienes el vídeo de la primera vuelta. Te lo voy a comentar minuto a minuto, por lo que te aconsejo lo disfrutes en paralelo, pausando la reproducción para leer mi relato, y no perderte un pelo de nada.
De todas maneras, la vuelta “buena” sería la segunda, cuando sacaríamos todo el partido al coche, aunque una bandera amarilla nos cortaría bastante el ritmo, cerca de unos 40 segundos.
Pero vamos a lo que toca:
Del minuto 0:00 al minuto 1:01
Lo primero que te encuentras nada más acceder a pista es una zona con conos, para evitar que la gente se emocione antes de la cuenta con la recta. Pasas una chicane forzada por unos conos, muy estrechos (antes de que pase la primera media hora, ya están la mayoría de ellos derribados) y de golpe y porrazo ya estás en la tremenda recta del Nordschleife.
Gas a fondo y soltamos adrenalina como unos canís, gritando como idiotas, pues no hay otra explicación. Todo el día esperando este momento tiene sus consecuencias, y por más que yo mismo haya conducido una y mil veces en circuito, este momento había sido tan esperado que no podíamos aguantar la tensión.
En este momento, teniendo un Integra Type R saliendo por detrás, lo que pensaba es que antes de llegar a la primera serie de curvas de Am Tiergarten ya me habrían pasado. Pero no. El 500 se defendía a plena potencia hasta llegar a unos 160 por hora y afrontar las eses rápidas que progresivamente se van cerrando para dar acceso a la “famosa” curva de segunda velocidad a derechas que sirve de nexo de unión entre el circuito de Gran Premio y el Nordschleife.
El coche, en estos primeros compases sufre ya de sus típicos puntos a favor e inconvenientes: Obviamente, como con todo coche en circuito, falta potencia para acelerar fuerte en la recta, y la falta de tacto en la dirección evita que al límite de agarre, que directamente ya alcanzamos en las primeras enlazadas de Am Tiergarten y en la curva de 90 grados, impide que nos marque cuál es la reserva real de agarre disponible.
Por suerte, como ya tenemos el 500 muy por la mano, podemos intuir el agarre de las Pirelli al milímetro y disfrutar desde el primer metro de lo que da de sí en curva.
Del minuto 1:01 al minuto 2:32
Las condiciones de pista no son perfectas. Hay humedades, y el sol apenas asoma por la pista, así que el agarre no es todo el que a uno le gustaría tener.
Llegamos después de la minirecta a la curva a izquierdas lenta de segunda, a la que nos aproximamos con un punta tacón, y besamos el vértice mientras Sergio alucina con las acciones del MINI que llevamos por delante, que se las ingenia para adelantar a cinco coches en pocos metros.
La sección de curvas enlazadas de segunda y tercera velocidad que viene a continuación era de las que menos memorizadas tenía, y el miedo a liarla demasiado pronto hace que no me atreva a pisar a fondo para cruzarla.
Aún así, increíblemente para mí, damos alcance a nuestro primero coche: Un BMW 545! En puntos como en el 1:50 se llega a oir a los neumáticos quejarse ya.
Yo me niego a creer que vamos a adelantar al coche alemán, pues en la recta que viene a continuación, al ser la primera vez que me toca afrontarla, me va a costar hacerla sin levantar (la segunda vuelta será otra historia, con salto incluído), pero aun con la diferencia de potencia, pasamos al BMW “como si nada”.
Del minuto 2:32 al minuto 3:16
La moto que teníamos al lado en las barras de salida nos pasa como una exhalación en la recta, ahora que se puede pisar a fondo. Aunque es mi primera vuelta, vamos rápido, pero no a todo lo que da el coche. Da igual, la moto en cuestión es una GXSR 1000 de Suzuki, capaz de tocar los 300 por hora, es normal que nos levante las pegatinas.
En el 2:59 pasamos una de las que para mi es de las curvas más jodidas del circuito: Un giro a izquierdas gas a fondo, con cambio de rasante a cerca de 200 por hora, en el que si trazas mal te puedes ir “de baerta” y darte un gran tortazo.
Además, el hacer giros a alta velocidad de ese estilo demuestra que un coche de batalla corta como el 500 es bastante nervioso.
Justo después de este giro a izquierdas toca apurar la frenada para la curva a derechas larga de segunda velocidad que cruza por debajo del primer puente. La frenada es “a saco” y cuesta abajo, y Sergio, que no está muy acostumbrado a las fuerzas G “a lo bruto” se impresiona mientras experimenta una parada tan bestia.
Punta tacón, de quinta a tercera, y de tercera a segunda. Tiro el coche al vértice y justo cuando lo besamos por dentro soy consciente de que... ¡estoy rodando de verdad en el 'ring!
Así que... qué demonios, nervios ya fuera del todo, gas a saco para salir de la curva, y el coche empieza a hacer uso masivo del TTC para buscar toda la tracción de un asfalto lejos de sus condiciones óptimas al tiempo que se va yendo progresivamente hasta besar también el piano exterior a la curva. Hay que trazar así todas en la próxima vuelta...
Del minuto 3:16 al minuto 4:37
Hasta el 3:34 es una sección “a saco”, en la que un 911 Carrera S descapotable 964 nos adelanta “como si nada”, y llegamos a un cambio de rasante.
Como te decía ayer, da igual cuantos vídeos veas, o las veces que veas este vídeo. Quédate con lo que decimos: La sensación de subir una pendiente del 15 por ciento o más, de golpe, cuando vienes de una bajada, a 170 o más por hora es indescriptible en el cuerpo.
Recuerda un poco a una montaña rusa, y quitando el circuito de Castellolí, o Spa, no recuerdo ningún otro con subidas y bajadas de este tipo. Y hazme caso, aún esos dos están muy lejos de la sensación del Nordschleife.
En el 3:54 nos aproximamos a dos enlazadas de segunda velocidad que trazo realmente mal por intentar meterme por la izquierda del Lotus que llevamos por delante.
Ya se me ha quitado todo el corte del circuito, y mi instinto de adelantar a lo que llevo por delante está ya tan presente como en cualquier carrera.
4:37, toca hacer un dos en uno con un Elise y un Exige, cuyos conductores estaban aprendiéndose la pista con calma (nosotros nos la estabamos aprendiendo sin calma, como puedes imaginarte). Me doy cuenta que mis miedos de ser un estorbo al resto de coches de la pista son completamente infundados. Más bien puede ser al revés, pues hay mucha gente dando sus primeras vueltas.
Del minuto 4:37 al minuto 5:52
Nos acercamos ahora al puente de Adenauer Frost y toda su sección, primero con unas enlazadas en bajada de tercera velocidad que son “meridianamente a fondo”, aunque en esta primera vuelta voy muy del lado de la seguridad y ni hago las trazadas cerradas “para tener margen de maniobra”, ni tampoco voy “con todo”.
Aún así, en momentos como el 5:14 podemos disfrutar del chirriido de los neumáticos. El Abarth 500 lo está dando todo, de momento los frenos no se quejan, a pesar de abusar de ellos, y aunque la dirección no te dice todo sobre el agarre, ya hemos alcanzado un nivel de entendimiento total para disfrutar.
El coche es ágil, neutro y colocable en curva a base de acelerador. Puedes conducirlo con el pedal derecho tanto como con el volante, y si te vas largo, tocar el freno para colocar la trasera. Una delicia que en este circuito solo echa en falta... más potencia.
5:30 y llegamos al puente, tenemos que hacerle un interior a un Golf Gti preparado con barras y algo más de motor que el de serie. El piloto parece novato, y prefiere dejarnos pasar “por si las moscas”.
Dejarle el hueco al GTI nos hace no aprovechar la salida del puente de Adenau, y eso nos hace perder velocidad para encarar una de las cuestas más bestias del circuito, que hace que el coche pierda velocidad. Aquí sí que hacen falta muchos muchos caballos.
El cambio de pendiente es tan bestia que impresiona una vez más a Sergio... Y yo, en un momento de estupidez lúcida, confundo el nombre de la curva... Viva por mí.
Del minuto 5:52 al minuto 7:37
Llevamos 10 kilómetros, y toca la sección más rápida y seguida del circuito, con zonas prácticamente a fondo y gran parte en bajada. La zona de los valientes que se sepan bien el circuito. No me atrevo a hacerlo todo a fondo, cosa que dejaremos para las dos siguientes vueltas. Aún así rondamos los 190-200 km/h.
Nos pasa en esta sección un Focus RS blanco, que con sus 300 caballos nos deja atrás sin ninguna oportunidad. Nos dobla en potencia...
Todo acaba en el codo a derechas de segunda velocidad, conocido por los “jugones de consola”, que habrán tenido (como yo) muchos tortazos por no verlo venir.
Del minuto 7:37 al minuto 9:47
Después de pasar el curvón de segunda en tercera para asegurar, nos aproximamos al Karussell, la curva probablemente más famosa del circuito. Peraltada como ninguna, una cosa es verla en foto, y otra cosa es verla en vivo, donde da hasta miedo meterse por dentro, como Sergio asegura.
Pero en un ataque de emoción nos decidimos a tirar el coche “para adentro” “y que sea lo que Dios quiera”.
Sólo de hacer el Karussell por dentro, ya ganamos valiosos segundos para seguir adelantando más coches.
Nos aproximamos ahora a la sección más chula del circuito, que consiste en curvas consecutivas de tercera velocidad, muy rápidas, en bajada, en las que en muchas de ellas vale con cortar el gas para pasarlas bien.
Como es mi primera vuelta, intento no propasarme y liarla, así que voy del margen de la seguridad una vez más.
Ahora ya vamos muy encendidos, y con confianza en el coche, que no en el circuito, así que cada vez que veo clara la salida de las curvas, aprovecho el agarre disponible, con queja de Pirelli incluída.
Sergi oculta la cámara en un par de curvas donde en la segunda vuelta haremos una cruzada doble, por miedo a ser descubierto por los comisarios del circuito (recuerda, está prohibido terminantemente grabar...).
Nuestra cara de emoción lo dice todo...
Del minuto 9:47 al final.
Ya no queda casi nada. Kilómetro 17, estamos ya “a tope”, pero seguimos sin dar gas a saco, por miedo a equivocarnos en alguna trazada de las curvas.
Los cambios de rasante nos siguen impresionando un montón, pues las bajadas empalmadas con subidas te comprimen y expanden la columna vertebral, cual acordeón, provocándote todo un mundo de sensaciones.
Tras ser superados por otro Focus RS, llegamos al mini-Karussell, donde efectuamos nuestros últimos adelantamientos, ya con todos los nervios sacados, y nos dirigimos hacia la recta final, para salir del circuito.
En estos últimos compases hasta nos atrevemos a hacerle un “por fuera” al límite de agarre a un Golf GTI que no nos indicaba la maniobra para poder adelantarle. Demasiada adrenalina por mi parte...
Tras la vuelta, parábamos en el aparcamiento para descansar y asumir lo que acabábamos de experimentar. El coche olía a ferodo que tiraba para atrás, y de hecho, se empezaba a notar cierto fadding en el pedal de freno, por lo que había que dejar reposar un poquito a turbotín antes de dar la segunda pasada.
Sea como fuere, nuestra cara de felicidad, de descargo de adrenalina, y nuestra ilusión por haber superado el desafío sin ser una molestia para los otros coches, y adelantando a muchos más de los que nos habían pasado (todos con máquinas mucho más rápidas) nos hacía dar por buena la experiencia.
Así las cosas, nos lanzábamos a los pocos minutos a la segunda vuelta, donde, una vez re-memorizado el circuito, ya se iba a poder intentar trazar las curvas bien, e ir a fondo “donde tocaba ir a fondo”. ¿El resultado? A continuación:
De esta segunda vuelta no te voy a hacer una descripción minuto a minuto, y te la dejaré disfruatar en vídeo tranquilo. Sólo nos quedamos con el salto (que apenas se aprecia) en plena zona rápida a cerca de 180 por hora, con el Porsche 911 GT3 RS que nos pasa “como si fueramos pasados”, y con el doble derrape con chillido de rueda espectacular delante del público en la zona final del circuito.
Después de la experiencia, nos tomábamos un par de redbules y comentábamos la experiencia en un vídeo para todos vosotros, tras haber aprovechado también para perder 100 euros en la tienda de merchandaishing comprando camisetas, peganitas (esta pendiente de ponérsela a Turbotín) y alguna tontería más.
Cuadrábamos poco más tarde con un grupo de españoles, que resultaban ser los chicos que habíamos visto con los Lotus Elise y Exige estrenándose en el circuito, y quedábamos para vernos el día siguiente y cenar.
Del circuito nos íbamos directos al hotel, para descansar. Estábamos molidos de haber soportado tanta tensión a lo largo del día. Así que nos tirábamos encima de las camas, y mientras comprobábamos por internet lo sucedido en el Salón de París (y mientras Sergio invertía tiempo en hablar con su querida novia, que todavía debe acordarse de nuestro viaje...) poníamos en la tele el programa “Grip”, en perfecto alemán, donde veíamos la prueba de un precioso Lotus Evora.
Pasado un rato, nos dirigíamos al Pistenklause a cenar lo típico: Chuletón a la piedra con cerveza “enorme y alemana”, rodeados de piezas de coches, cuadros y firmas de mitos de las cuatro ruedas. No hay mejor ambiente para cerrar un día después de disfrutar del Nordschleife. No te quepa la menor duda.
Y tras rellenar el buche, nos íbamos a la cama tranquilos y felices, con una sonrisa de oreja a oreja. Había que dormir pronto, pues al día siguiente tocaba coger el coche temprano para poner rumbo a Lier (Bélgica) y visitar el museo de Guy Morenhout, comer con él, y volver pronto a Nurburgo para aprovechar las dos vueltas al Nordschleife que nos quedaban, si el tiempo nos respetaba (que no nos iba a respetar).
Pero eso ya te lo contaremos otro día en la continuación de esta tremenda historia. Mientras tanto, yo caía en sueños, y Sergi chateaba y chateaba con su chica, hora tras hora...
felicidades por el articulo (bueno y por tener ese trabajo)!!
ResponderEliminarpor cierto no sabia que estaba prohibido grabar, al principio te iba a decir que te hacia falta una gopro hd con la montura para el parabrisas, pero veo que eso estaria chungo.
tiene que ser increible el cambio de verlo en video a estar alli en realidad, y ver los cambios de rasante en vivo (algun dia ire).
Tuviste algun susto en alguna curva, en plan que se te fuera mas de la cuenta?
felicidades de nuevo por el articulo y por la idea de la pagina en general.
la envidia me corroeeee, increible.
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