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Abarth 1300 OT

Abarth 1300 OT

El repaso histórico a modelos Abarth que vamos a hacer en La Picadura del Escorpión empieza hoy. Y tenía que hacerlo con un coche especial. Si había que buscar un modelo de "carreras" realmente simbólico, este tenía que ser el Abarth 1300 OT. Si te preguntas por qué además también lo sacamos en estas fechas es porque dos de los sitios que visitamos en nuestro primer macro-viaje fueron lugares donde este coche ganó: Nürburgring y Le Mans.

Nacido como proyecto a finales de 1964, el coche se estrenaría el 5 de Septiembre en los 500 kilómetros de Nürburgring. La idea tras el 1300 OT era devolver a Abarth al camino de la exclusividad con Fiat. Y es que tras los importantes éxitos de su predecesor, el 1300 GT de base Simca, tomando la plataforma del Simca 1000, la rotura del acuerdo entre Simca y Abarth suponía que Carlo tenía que buscar rápidamente un sustituto para Grupo 4, con el que atacar la División 1 del Campeonato del Mundo de Turismos (que por entonces se corría, como puedes ver, c y on coches de GT).

Para su creación, Abarth y su equipo hicieron lo mejor que saben hacer: Tomar la plataforma de un económico Fiat, y aplicarle "su magia". Para empezar, recogieron la plataforma del 850, y sobre ella se montó una carrocería en fibra de vídrio diseñada por Mario Colucci, y fabricada por Sibona & Bassano.

Abarth 1300 OT

La mecánica que colgaba tras el eje trasero era una evolución más del ya conocido motor Abarth, con un cigüeñal sustentado en cinco rodamientos, capaz de entregar la nada despreciable cifra de 147 caballos en su primera especificación (¡113 caballos por litro en 1965!). La carburación corria a cargo de dos doble cuerpo Webber 45DCOE9, capaces de alimentar las ansias de gasolina de esta bella máquina. El diámetro por carrera era de 86x55,5, un motor "supercuadrado" con muchas ganas de subir de vueltas, y por tanto, con toda la potencia concentrada "ahí arriba". La potencia máxima se conseguía a nada menos que 8.800 revoluciones por minuto, lo que hacía sonar al motor a pura gloria. Las dos vávulas por cilindro eran de generoso tamaño, para facilitar la respiración a esas velocidades de pistón.


En posteriores versiones, con la incorporación del periscopio sobre el techo del vehículo, se conseguiría una potencia máxima de 157 caballos, llegando por tanto a los 120 caballos por litro, una auténtica animalada dada la época y la tipología del motor.

La tracción trasera se gestionaba a través de una caja de cambios origen Fiat pero remanufacturada por Abarth con cinco relaciones.

El peso del vehículo completo era de sólo 655 kilogramos, con lo que la relación peso/potencia llegaba a ser de 4,17 kg/CV, todo un récord en Grupo 4. 245 km/h eran su velocidad punta, también muy alta en relación a la potencia disponible, conseguida gracias a una aerodinámica de primera categoría.

Abarth 1300 OT

Su producción duraría sólo dos años, 1965 y 1966, entre los cuales se montarían 50 unidades.

Gracias a su excelente diseño, el coche se convertiría en "el coco" de su categoría, logrando importantes victorias de clase en Le Mans 1966. Otras victorias de su clase fueron: en 1966 1000 km Monza, en 1966 1000 km Nürburgring, en 1966 GP Mugello, en 1966 Coppa Citta di Enna, en 1966 GP Hockenheim, en 1966 500 km Zeltweg, en 1967 GP Mugello, en 1967 Coppa Citta di Enna, en 1967 500 km Zeltweg, en 1967 la subida de montaña de Ollon-Villars, en 1967 500 km Nürburgring.

Si te preguntas por qué no ganó carreras en 1965 no es por otra cosa que por la falta de homologación. La necesidad de tener construídas las 50 unidades hizo que en las primeras pruebas en las que tomara parte las disputara bajo Grupo 9, como prototipo puro.

Precioso a la vista, las pocas unidades que han sobrevivido están valoradísimas. Cotizan entre los 190.000€ y los 250.000€, aunque si tienes "suelto" en el bolsillo o en la cuenta bancaria, siempre puedes encontrar alguna unidad en venta, como la de esta web, que además se corresponde con una de las primeras unidades, previas al "periscopio" de admisión.

El precio "nuevo" era más de 10 veces superior al de un Fiat 500, por lo que sería el equivalente hoy en día a hablar de un coche de unos 130.000€. Tampoco era una exageración dadas las circunstancias, y la capacidad de vencer "tal cual salido de la fábrica".
Si hoy en día Abarth decidiera volver a fabricar un deportivo carreras-cliente, tendría que mirar muy atentamente la estética y la base del Abarth 1300 OT y plantearse hacer algo similar, con el 1,4 MultiAir, aunque a un precio algo inferior en su versión de calle, si es que quiere tener éxito.

¿No sería un excelente regalo de navidad? Dudo que a Papá Noël le quepa en el saco, pero...

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